jueves, 12 de enero de 2012

Un escape

El primer día que llegué acá, tenía un miedo terrible, de ese que no se compara con otros, porque no lo había sentido antes. El primer día, todo era nuevo para mí, así que me distraje lo suficiente, como para no sentirme tan alejada de mi gente. El primer día fue el peor de todos, porque no entendía nada de lo que estaba pasando, sabía que mi cuerpo estaba acá, pero mi corazón estaba mucho más lejos de lo podía llegar a creer.

Así que tomé mis cosas y me fui de casa, así nada más, sabiendo que sería una nueva experiencia de vida, que aprendería otro idioma, que conocería entre una nueva cultura, lugares, personas... Me pasaría mis cuatro meses intentando adaptarme a lo que hoy, no sé si sea la meta indicada. Adaptarme aprendiendo el idioma es una cosa, pero es mucho más hondo que eso. So weird!

Llevo unos días solamente, casi podré decir semana.
Tengo un buen hogar, mis roommates ya son familia.
Me alimento bien, extraño la comida de casa.
Hace un frío de locos, mientras en Santiago hace un calor que ni califico porque hoy supe que hay lugares peores.

Estoy intentando aprender inglés, estoy segura que lo voy a lograr, pero en momentos detesto intentarlo, es medio frustrante.

Me encanta mi idioma, español hermoso con su gramática, puntuación, comas y todo.
Le estoy enseñando a mis roommates un poco, de hecho ayer pusimos papeles con los nombre de las cosas en inglés y español.

Creo que podré esperar lo mejor de ésto. Estoy aprovechando cada día que tengo para aprender, aplicar y disfrutar. Me gusta el ambiente acá, digo: "Glenwood" De verdad que me agrada todo lo que estoy viviendo.
Gracias Familia, Gracias Dios (L)